Deambulaba de un lado para otro buscando la sala del consejo. Al ver el cartel a lo lejos, mi rostro se iluminó y andé, más bien corrí, hacia la sala.
Paré frente a la puerta, cerré fuerte los ojos y subí la mano para llamar. Una pose un tanto estúpida, sí. Pero me quedé así unos pocos minutos hasta que me decidí a golpear la puerta.
*Toc,Toc*